VIERNES SANTO, LA CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

Este viernes 29 de marzo, celebramos el Viernes Santo en la parroquia. La liturgia de la Palabra nos ha mostrado cómo las antiguas profecías mesiánicas se cumplen en la Pasión y muerte de Jesús, que hoy hemos escuchado en la versión de san Juan. Cristo, muerto fuera de las murallas de la ciudad a la hora en que se sacrificaban en el templo los corderos para la pascua judía, es el Cordero expiatorio que ha cargado con el peso de nuestros pecados y así ha sido santificado. La Iglesia brota de su costado abierto por la lanza del soldado, para la salvación de todo el mundo, por quien se pide de modo especial en la oración de los fieles. El signo propio de hoy es la imagen del Crucificado, a quien en la acción litúrgica se venera de manera especial. Hoy no hemos celebrado la eucaristía, pero hemos comulgado con las formas consagradas ayer.