VIERNES SANTO

La crucifixión y muerte de Jesús por nosotros centra la meditación. Adoramos la Cruz, por la cual Cristo redime el mundo, y somos testigos de cómo Jesús perdona a sus enemigos y su madre, Santa María, y las otras mujeres, junto a san Juan, están firmes al pie de la cruz.


Cristo:


Desde casa: “Mirad el árbol de la Cruz, donde estuvo clavada, la salvación del mundo. Venid a adorarlo”. A lo largo de este día seguro que tendremos en la cabeza este canto, acordándonos de la celebración de este día. El Viernes Santo todo gira alrededor de la Cruz. La Cruz cuando cuelgan a Jesús es el símbolo de todo lo que ha hecho mal el hombre, de todo el mal uso de su libertad, del odio y la destrucción. Jesús transforma ese símbolo de todo lo malo en algo increíblemente bueno. La llena de amor. Destruye el odio llevando su amor hasta la raíz del mal. Muriendo ahí, en la Cruz, asume todo el mal, toda la violencia, todo el odio, para triunfar sobre todo eso y salvarnos.

Propongo que hoy miremos a Cristo en la Cruz. Contemplemos a Jesús. Hagamos silencio para que podamos escucharlo, para que sus palabras entren en nuestro corazón. Meditemos en el significado de la Cruz para nuestra vida y la importancia que le damos. Donde ayer pusimos la mesa, en el centro de la casa, hoy coloquemos una Cruz, cualquier cruz que tengamos en casa, donde al pasar podamos verla y la tengamos presente durante todo el día, es un día de recogimiento y oración, sin dejar nuestras actividades obligadas de confinamiento en el domicilio, pero si podemos tener un ratito de silencio y meditación, mejor. 

Desde mi Comunidad Parroquial: La Cruz a la que debemos dirigir nuestra mirada hoy está dentro de nosotros, no la podemos adorar ni besar en nuestra parroquia, pero podemos acercarnos a ella y besarla como símbolo, la que hemos colocado en casa, después de que el sacerdote desde su oración diaria o nosotros en casa y delante de la Cruz se lea lo siguiente:

Señor, Dueño del tiempo y de la historia, como Tú yo quiero ser fuego que purifica, luz que ilumina en medio de las tinieblas, palabra que consuela en medio del sufrimiento. Tú eres un Dios glorioso, lleno de vida y de esperanzas. Viniste al mundo para donarte y realizar un sacrificio perfecto de amor universal y romper así todas nuestras ataduras. Rey mío, Dios mío, Tú nos has salvado con tu sangre y preferiste la muerte en la cruz antes que renunciar al amor. Bendito y alabado seas por tu poder derramado sobre toda la humanidad. Cargaste una pesada cruz en donde fueron depositados insultos y humillaciones, una cruz transformada en victoria que me dio vida en abundancia, haciéndome capaz de enfrentar todos mis miedos y dolores. Tu cruz es el triunfo del amor sobre el mal, del gozo sobre el dolor, de la verdad sobre la injusticia, de la luz sobre la oscuridad. Te doy gracias por esta acción poderosa y salvadora en mi vida. Con tu gracia y tu bendición, sé que también puedo llevar con alegría el peso de mi cruz, porque siento que tu amor me sostiene, me fortalece y me conduce por caminos de esperanzas. Confío en este gran misterio de amor y por eso no dejo de creer en Ti y en todo lo bueno que me ofreces para lograr mis sueños. En tu cruz consigo las fuerzas para renovar mi corazón y vivir con actitud optimista creyendo que todo lo puedo en tu amor. Amén.

Desde las redes: Hoy especialmente se nos invita a seguir las celebraciones a través de los medios de los que se disponga, si es en directo, mejor.

SANTO OFICIO DEL VIERNES SANTO. Lo puedes seguir desde aquí a las 18:00.



ADORACIÓN DE LA CRUZ EN DIRECTO