SER ADORADOR 🙏


¿Cómo funciona la capilla?

El Señor nunca puede quedar solo, por lo que cada adorador voluntario entrega una hora de su tiempo semanal para acompañar a Jesús, para convertirse en su “guardia personal”, de manera que la capilla puede permanecer abierta a quien lo necesite. Un sistema de suplencias garantiza cubrir las ausencias, imprevistos, vacaciones, etc.

¿Por qué ser adorador?

Nuestra hora de adoración tiene un valor especial, ya que le damos algo que es solo nuestro, de nadie más, y que no podemos recuperar una vez que lo entregamos (nuestro tiempo). Con nuestra hora semanal prestamos un importante servicio a la Iglesia, permitiendo que las capillas estén abiertas y que Jesús pueda llegar a más personas: "Allanamos los caminos del Señor".

Guía del Adorador

Puedes pasar tu hora santa de adoración como lo desees, recordando siempre que estás ante la presencia del Señor. La hora que tú pasas con el Señor no se mide en minutos sino en gracias, bendiciones, protección, frutos, mayor intimidad y conocimiento de Dios. Esa hora el Señor la bendice y multiplica en beneficios incalculables, esa hora que tú le ofreces a Dios tiene valor de eternidad, es tu hora santa.

Puedes leer un pasaje del Evangelio o simplemente alabarlo espontáneamente. Agradécele por los beneficios recibidos, por el don de tu vida y por la de los otros, y por todos tus amigos, familiares, por cada cosa y sobre todo por esta gracia inmensa de poder adorarlo día y noche en esta capilla. Verás tú mismo cuántas son las cosas por las que debemos agradecer y alabar a nuestro Dios. Puedes también hablar con Él, contarle tus problemas (claro que Él los conoce pero se complace que tú se los digas y busques en Él la solución, la luz, la respuesta). Seguramente tendrás muchas personas por las que pedir. Recuerda que con tu adoración puedes reparar los sacrilegios, blasfemias, ultrajes e indiferencias cometidos contra Dios, y todas las ofensas contra la Santísima Virgen y los santos. Desde luego, puedes sencillamente contemplarle en tu silencio, dejándote abrazar por su amor y recibiendo su paz. Puedes también rezar el Rosario, que es como contemplar a Jesús con los ojos y el Corazón de María. 

Si prevés ausentarte y estás solo/a en esa hora, para sustituirte puedes buscar entre tus conocidos, parientes o amigos, o bien alguien de la misma hora de otro día de la semana. Si ni siquiera así encuentras quien te reemplace avisa con tiempo a tu coordinador de hora. Recuerda que para facilitar el buen orden es muy aconsejable que tú mismo/a encuentres el sustituto.

No olvides firmar el registro de presencias y de indicar la hora de ingreso y la de salida. En caso de sustitución debe también hacerlo el reemplazante. Este registro le será presentado al Señor durante la Misa aniversario de la Adoración Perpetua.