¡APÚNTATE A LA CLASE DE RELIGIÓN!

En estas fechas tenéis que decidir sobre la petición de la Enseñanza Religiosa para vuestros hijos en los centros educativos, bien sean centros estatales o de iniciativa social (católica o civil; la denominada “enseñanza concertada”). Con este motivo ofrecemos esta reflexión para descubrir y valorar la importancia de la presencia de la asignatura de Religión en las diferentes etapas del sistema educativo.

Cuando la asignatura de Religión suscita tantas discusiones y censuras debe ser porque se trata de algo distinto y desconcertante. Recordemos que aquello que se critica, y que cuesta, es porque tiene un valor añadido. Cuando ese valor no se descubre, muchos padres capitulan y muchos alumnos sucumben ante una supuesta cultura laicista que parece querer impregnarlo todo. Por eso, a pesar de la sombra de sospecha, de las críticas más o menos apasionadas e ideologizadas -muchas veces con poco fundamente crítico-, lo cierto es que la Religión es una disciplina como las demás materias humanísticas, pero que encierra en sí unas posibilidades que van más allá de su mera estructura académica. De hecho, cuando se permite estudiar la religión de una forma académica y seria se posibilita que se eviten los fundamentalismos y las sectas. 

Esta asignatura da las claves más importantes y transversales para entender la cultura actual y el mundo en el que vivimos; está íntimamente unida a todas las manifestaciones de la inteligencia, de lo experiencial y lo emocional, con todas sus obras artísticas, literarias, musicales, filosóficas, legales, éticas, caritativo-sociales; ayuda a desarrollar una formación integral que responde a las competencias del perfil de salida en la enseñanza obligatoria; ayuda a conocerse mejor proporcionando criterios y valores cristianos que configuran la personalidad, ayudando a descubrir el sentido de la existencia y presentando la respuesta cristiana a las preguntas y valores esenciales del corazón, que hacen de la vida del ser humano una realidad totalmente distinta y abierta a un sinfín de posibilidades; capacita para el diálogo respetuoso y constructivo con otras tradiciones religiosas, así como para llevar a cabo una vida sostenible que respete la obra creada; da a conocer a Jesucristo y a su Iglesia. Como se puede comprender, esta asignatura no es la catequesis, que se da en las parroquias, sino una disciplina humanista con método académico en la que se estudia la dimensión religiosa de la persona desde el credo que se confiesa y sus fundamentos racionales. Es, por consiguiente, el terreno sólido donde echar raíces y una auténtica fuerza positiva de la que se beneficia todo el entramado social. 

Por todo eso, lo religioso debe estar en el espacio público y educativo en igualdad de condiciones. La enseñanza de la Religión no es un privilegio de la Iglesia. Es un derecho exclusivo de vosotros, padres y madres de familia. Tenéis el derecho y la responsabilidad de exigir que vuestros hijos reciban la educación religiosa según vuestras convicciones religiosas y morales. Así lo reconoce la Declaración de los Derechos Humanos de 1948, las leyes educativas que se han implantado en Europa, la Constitución Española de 1978, los Acuerdos Internacionales entre la Iglesia y el Estado Español. Pero en última instancia, es una consecuencia del compromiso cristiano que asumisteis al bautizar a vuestros hijos. 

La asignatura de Religión es de oferta obligada para todos los centros y de elección voluntaria para las familias y los alumnos. Ningún centro puede negar que se imparta ni imposibilitar la matriculación en ella. Y es bueno procurar y estar alerta para que el hecho de recibir esta enseñanza no suponga discriminación académica alguna en la actividad escolar. Se trata de asegurar un derecho que afecta a la formación integral de cada persona, de cada uno de vuestros hijos. 

A fin de cuentas, como podéis comprobar, se trata de optar por una educación de calidad que desarrolle plenamente las potencialidades de la persona, su formación integral, en la que está incluido el valor humanizador y trascendente de lo religioso como horizonte de sentido, de verdad, de esperanza, de libertad y de plenitud. Esto deseamos para ti y para todas aquellas personas que quieran vivir en un ámbito de paz, respeto y libertad. 

Atentamente, 

Delegación Episcopal de Enseñanza - Diócesis de Cartagena en España.