REZAMOS EL ROSARIO POR LA PAZ

El jueves, 24 de febrero, el mundo despertaba con una noticia terrible para la humanidad: estallaba la guerra en Ucrania. El pasado miércoles, 23 de febrero, el Papa Francisco hacía un llamamiento:

Tengo un gran dolor en el corazón por el empeoramiento de la situación en Ucrania. A pesar de los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas se están abriendo escenarios cada vez más alarmantes. Al igual que yo, mucha gente en todo el mundo está sintiendo angustia y preocupación. Una vez más la paz de todos está amenazada por los intereses de las partes. Quisiera hacer un llamamiento a quienes tienen responsabilidades políticas, para que hagan un serio examen de conciencia delante de Dios, que es Dios de la paz y no de la guerra; que es Padre de todos, no solo de algunos, que nos quiere hermanos y no enemigos. Pido a todas las partes implicadas que se abstengan de toda acción que provoque aún más sufrimiento a las poblaciones, desestabilizando la convivencia entre las naciones y desacreditando el derecho internacional.

Y quisiera hacer un llamamiento a todos, creyentes y no creyentes. Jesús nos ha enseñado que a la insensatez diabólica de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno. Invito a todos a hacer del próximo 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, una Jornada de ayuno por la paz. Animo de forma especial a los creyentes para que en ese día se dediquen intensamente a la oración y al ayuno. Que la Reina de la paz preserve al mundo de la locura de la guerra.

Ante estas circunstancias, la parroquia organizó, para la noche del 24 de febrero, un Rosario por la Paz. La convocatoria fue online y nos reunimos personas de diferentes realidades de nuestra Diócesis. Le pedimos a Santa María, Reina de la Paz, que proteja con su amoroso manto al mundo del poder del mal. 

Dios, Todopoderoso, querido Padre de todos:

Unidos como hermanos, te pedimos hoy la paz en Ucrania,
que sufre un dramático momento de tensión.

Que todas las acciones e iniciativas políticas estén al servicio de la fraternidad humana
y no de los intereses partidistas.

Que esa tierra vea florecer la fraternidad y supere las heridas, los miedos y las divisiones.

Te presentamos, Señor, con confianza y humildad,
nuestra preocupación por la situación en Ucrania,
que afecta también a Europa y más allá.

Tú que nos enseñaste que a la diabólica insensatez de la violencia
se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno,
ten piedad de nosotros, aleja la guerra y demás violencias malignas
y permítenos llegar a soluciones aceptables y duraderas a esta crisis,
basadas no en las armas, sino en un diálogo profundo.

Reina Virgen María, esperamos tu maternal intervención
para que el mundo acoja la paz,
preserva al mundo de la locura de la guerra.

Amén.