MENSAJE DE ADVIENTO DEL PÁRROCO

“La Navidad es la fiesta de la humildad de Dios”

Querid@s herman@s:

En estos días de Adviento escucharemos una vez más la voz del profeta Isaías y de Juan Bautista:

“Voz que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad los senderos; los valles serán rellenados, los montes y colinas serán rebajados; lo torcido será enderezado, lo escabroso será camino llano. Y toda carne verá la salvación de Dios” Lc 3,1-6.

¿Dónde están los caminos que han de ser arreglados? ¿Los senderos que necesitan ser aplanados? ¿Por qué me cuesta tanto ver todo aquello que me impide acoger a Jesús Nazareno?

Son nuestros egoísmos, mentiras, el orgullo, la soberbia, la falta de humildad… En definitiva, no seguimos los caminos del Señor.

Ojalá que contemplando el Misterio del Verbo en un pobre portal deseemos ser más sencillos y humildes porque de los pequeños es el Reino de los Cielos. Que deseemos cambiar y seguir las huellas de Jesús.

Adviento es una llamada a la conversión, a preparar nuestras vidas para acoger en nuestros corazones a ese Niño Dios que viene a traernos la salvación, la libertad, la vida en plenitud. Es tiempo para una buena confesión, para arrancar todo aquello que nos aleja de Dios. Son días de oración para acercarnos con Santa María al portal de Belén. Aprovechemos este tiempo de gracia.

Y esa Fe humilde, hacerla vida en los demás, de un modo especial en los hermanos necesitados. Un año más, vamos a realizar nuestra campaña de alimentos para ayudar a muchas familias que, con motivo de la pandemia y de la situación económica de nuestro mundo, están sufriendo, pasando necesidad y necesitan de nuestra solidaridad. También pueden hacer sus donativos

Sé de vuestra generosidad que una vez más se repetirá porque miramos a ese modelo de amor que es nuestro Señor, Jesús Nazareno, al cual queremos seguir cada día con más fidelidad.

Aprovecho el mensaje para animaros a participar en las actividades preparadas para este tiempo de Adviento. Unidos en la oración.

Un fraternal abrazo.

Fernando Gutiérrez Reche, párroco.